Camino mirando aquella luz amenazante que se encuentra al final del recorrido y en mis ojos se proyecta el miedo junto a la curiosidad. Siempre voy en busca de lo nuevo, de lo raro, de lo extraño y a veces por esto mismo es que termino herido. Excesivo su brillo, ilumina solo el recorrido que siniestramente persigo y algo, no se qué, me cautiva. No lo sé, pero el temor se transforma en dolor. Haber sufrido tantos momentos solo por saber que se esconde detrás del muro, detrás de aquello que no alcanzo ver, siempre más y más de lo que puedo ver. Me estreso actuando de manera perplejamente y sin fe. Quiero escapar pero mi cuerpo se detiene una vez más... Todo se me hace imposible de alcanzar. La oscuridad me envuelve por completo y me venda los ojos, imposibilitándome transitar por aquel extraño camino.
7.8.08
Lo sentí, lo viví y me motivo a estar feliz. Fue una nueva puerta a nueva aventura, una nueva sensación. Me sumergí completamente en ese mundo desconocido, hasta ese momento, por unas horas porque sabía que tarde o temprano me iría devuelta por donde había venido. No quería pero así tenía que ser. La falta de edad no me deja vivir tantas cosas que prefiero probar ya.
La música, la gente, el alcohol y todo aquello que me excitaba aquella noche fría, recuerdo con alegría. Volé, lo presentí, y por el cielo iba casi desnudo completamente absorbido por la melodía del sonido que generaban mis latidos. El corazón se aceleraba y mi ánimo estaba por sobre todo lo que conocía. Me sentía especial, único y deseado. Cuantas sensaciones en una noche.
Ahora cada vez que miro la entrada con su nombre quiero volver. Las ganas, la ansía, me derrumban y no logro contenerme. La respiración disminuye y me ahogo sin ganas.
Fue todo tan rápido y tan mágico. No creí que podría vivir para sentir aquello. Es entonces que me dije a mi mismo: "que siempre hay que saber esperar, de a poco, las cosas buenas llegan solas...”
La música, la gente, el alcohol y todo aquello que me excitaba aquella noche fría, recuerdo con alegría. Volé, lo presentí, y por el cielo iba casi desnudo completamente absorbido por la melodía del sonido que generaban mis latidos. El corazón se aceleraba y mi ánimo estaba por sobre todo lo que conocía. Me sentía especial, único y deseado. Cuantas sensaciones en una noche.
Ahora cada vez que miro la entrada con su nombre quiero volver. Las ganas, la ansía, me derrumban y no logro contenerme. La respiración disminuye y me ahogo sin ganas.
Fue todo tan rápido y tan mágico. No creí que podría vivir para sentir aquello. Es entonces que me dije a mi mismo: "que siempre hay que saber esperar, de a poco, las cosas buenas llegan solas...”
3.8.08
Acá estoy, como me lo imaginé. Otra ilusión más, otra perdida de tiempo. Me odio. Odio ser un bastardo iluso que vive solo de las pequeñas cosas que sintetizan a la vida. Es increíble como tengo que andar fingiendo que nada me importa cuando en realidad si y más cuando me lastiman.
La necesidad enfermiza de tener que andar en un lugar solo para que me miren. Claro! Que quiero decir con esto? Yo no me divierto porque me divierto realmente, s no que me divierto porque me miran. Necesito que me miren. Necesito llamar la atención. Actuo todo el tiempo. Tengo mil personajes que uso con cada persona que encuentro y lo peor es que se lo creen. Es más facil ser así. Me autodestruyo ideando estafas maestras. Todo me harta. Todo me cansa. Hasta mi propia manera de ser.
Las imagenes daban vuelta en mi cabeza como un cortometraje. Martina que se chamullaba a Nicolás, Lucas que no saludó, el frío que me congeló la cara, Nicolás, mi mama sobreprotegiendome, yo en busca de alguién, nadie en busca de mi, algunos ojos que me miraban, el celular que sonaba, la gente hermosa que bailaba, el engaño, el fastidio de volver a casa y por sobretodo cuando terminé en mi cama, solo, llorando. Detesto ciertas cosas que me ponen en contra de la vida misma. Duele y cada vez más fuerte. Me apena. No quiero que sea así, quiero que sea a mi manera. Diconformidad total.
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