
Camino mirando aquella luz amenazante que se encuentra al final del recorrido y en mis ojos se proyecta el miedo junto a la curiosidad. Siempre voy en busca de lo nuevo, de lo raro, de lo extraño y a veces por esto mismo es que termino herido. Excesivo su brillo, ilumina solo el recorrido que siniestramente persigo y algo, no se qué, me cautiva. No lo sé, pero el temor se transforma en dolor. Haber sufrido tantos momentos solo por saber que se esconde detrás del muro, detrás de aquello que no alcanzo ver, siempre más y más de lo que puedo ver. Me estreso actuando de manera perplejamente y sin fe. Quiero escapar pero mi cuerpo se detiene una vez más... Todo se me hace imposible de alcanzar. La oscuridad me envuelve por completo y me venda los ojos, imposibilitándome transitar por aquel extraño camino.